Realizado por: Damarys
Uzcategui
CUENTO: MI MEJOR AMIGO
Había una vez un niño que soñaba
siempre con tener un caballo, hasta que un día llego su tío; a su cumpleaños,
aquella mañana de un 31 de abril con un sol radiante y en la puerta de su casa,
ubicada al frente de la plaza, allí lo espera su tío sosteniendo en la mano un
bozal, con el que estaba amarrado un
hermoso y saludable potro ruano, con un resplandeciente lucero en la cara y una de sus patas de color blanco, y
tenia un lazo inmenso de color rojo; aquel emocionado niño le pregunta a su tío
Juancho, Este potro es para mi? Y su tío con una gran sonrisa le respondió,
Jesús querido sobrino, este potro es para ti; te lo doy con mucho cariño pero
tú debes cuidarlo y portarte muy bien, obedeciendo a tus padres y cumpliendo
con tus labores, Jesús dice; con inmensa alegría si tío te lo prometo, no
fallare.
Jesús, muy contento ya que su
sueño se lo había hecho una gran realidad, le dijo a su tío que lo iba a cuidar
y a querer y por nombre le pondría RAYO.
Juancho, Jesús y su papa Carlos
se fueron a llevar el potro para un terreno grande y hermoso donde había mucho
pasto verdecito, arboles, otros caballos, pajaritos cantando y la casa del Sr. Franco que es quien lo iba a cuidar, lo soltaron para que creciera, se estirara y
cada estuviera mas bonito.
Todos los días iba el niño con su
padre a ver a Rayo, y así poder llevarle su alimento y a veces colocarle, suero
con vitaminas y acariciarlo un rato para lograr domesticarlo y que no creciera
salvaje. Así pasaron dos años y llego el momento, de amansar al caballo para
poder montarlo, y nos encontramos con un gran y fornido caballo.
Carlos busco al Sr. Manuel que es
el experto en amansar caballos y le pregunto: Podría usted hacerme el favor de
amansar este caballo ya que es muy importante para mi, por ser el consentido de
mi hijo.
Manuel le contesto. Por supuesto
seria un placer ayudarle. Y desde ese momento se dedico a lograr el cometido.
Unas semanas mas tarde muy contento y orgulloso de su trabajo, decide llamar al
Sr. Carlos para darle tan buena noticia y le dice ya puedes traer a Jesús para
que monte a su caballo y se vayan galopando por los prados.
Al día siguiente Carlos y su hijo se dirigen con
gran entusiasmo a montar a Rayo, llegaron, y le llevaron unos aperos de color
azul turquesa, luego empezaron aperar al
potro y se monto el niño el Sr. Manuel le dio a Jesús las respectivas
indicaciones para que no se lastimara ni el, ni al caballo. Y salieron en un
fuerte galope felices recorriendo los prados, solo se escuchaba los pasos del gran Rayo y las carcajadas de Jesús que
estaba disfrutando del mejor día de su vida! Y no paro de darle gracias al Sr.
Manuel por su eficiente trabajo.
Debido al buen comportamiento de
Jesús sus padres decidieron llevar a Rayo a una caballeriza y lo metieron a una
pesebrera donde Rayo cambio su pelaje y se puso muy suave y brillante,
convirtiéndose así en un gran cuarto de milla, su color ponche crema llamaba la
atención, con sus crines amarillas que brillaban como el sol.
Al siguiente día salieron a una
cabalgata, donde daría a conocer tan
hermoso ejemplar, todos volteaban a verlo y no paraban de felicitar al niño les
causaba asombro ver que con tan corta edad había sacado adelante al grandioso
ruano. Y Jesús muy orgulloso daba las gracias a quien lo felicitaba.
Desde entonces practican las carreras de
cinta, donde estos dos grandes amigos, suelen ganar las competencias. Y
colorín colorado este cuento se a terminado.
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